domingo, 16 de octubre de 2011

Subrealista

Pensó que seguía soñando cuando el teléfono volvió a sonar, se giró y vio su nombre en la pantalla, contestó sabiendo ya que nadie respondería y ella se despertaría con el mismo sabor a poco.
-¿Si?
+ ¿Cómo está mi princesa?
Era él, era la 1 de la mañana, y era su voz. Ya no sé sabía quien estaba más loco por el otro, o quien quería más, eso ya no importaba, se sentían demasiado agusto. Habían superado, sin quererlo, la distancia, las apuestas del tiempo, de la gente e incluso se habían convencido a ellos mismos de que era posible, ahora solo les quedaba preguntarse ¿Por qué?. Nadie habría imaginado nunca que ellos dos se hubiesen enamorado.

1 comentario:

  1. Ese es el grandisimo misterio del amor y de todo en general. no me cansaré nunca de decirte que nada es una casualidad, y que las cosas son cuando tienen que ser. No le des más vueltas, la distancia la hacen más las personas que algunos kilómetros. Te quiero :)

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