-¿Si?
+ ¿Cómo está mi princesa?
Era él, era la 1 de la mañana, y era su voz. Ya no sé sabía quien estaba más loco por el otro, o quien quería más, eso ya no importaba, se sentían demasiado agusto. Habían superado, sin quererlo, la distancia, las apuestas del tiempo, de la gente e incluso se habían convencido a ellos mismos de que era posible, ahora solo les quedaba preguntarse ¿Por qué?. Nadie habría imaginado nunca que ellos dos se hubiesen enamorado.