Vivimos encadenados por nuestra propia moral, por nuestros propios prejuicios, por nuestras impresiones prediseñadas, y nuestras normas absurdas.
Siempre he creído que estas últimas existían para aumentarnos la adrenalina cuando nos las saltamos, y mas aún cuando una tiene 17 años, porque de no ser así, mi minúsculo entendimiento no les encuentra mucho sentido.
¿Por qué?, por qué he de juzgar los actos que a mi también me encantaría hacer, por qué han de ser otros quienes elijan hacía donde dirigir mis sentimientos, por qué son los demás los que programan mis besos, los que erizan mi piel, o escriben mis poemas, por qué... ¿Por qué?, por qué mi voluntad se encierra en mi cuerpo y permite que sean otras las que escriban mi destino, por qué no hago nada al ver que me roban lo único que verdaderamente me pertenece, mi vida, por qué me condenan si no haga daño a nadie, por qué, por qué, por qué... difícil respuesta.
"Y eres consciente de que hay respuestas que quizá deben cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino."
ResponderEliminarEs de Perdona si te llamo amor, supongo que lo sabrás, al leer tu texto ha sido lo primero que se me ha venido a la cabeza. Infelizmente no tengo respuestas para todas tus preguntas pero siempre que quieras estaré para escucharte y así talvez poder encontrarlas.
Un abrazo de fren enorme (L)