Estabilidad, equilibrio, tranquilidad, perfección imperfecta, brisa... todo volvía su lugar, me volvía a gustar verme en el espejo, mi reflejo no me desagradaba, mis defectos no me hacían sentir culpable, porque a ti te gustaban como a mi los tuyos, porque no tenia que esconder nada para que te gustase mi disfraz, porque nos conocíamos, porque nos examinabamos centímetro a centímetro, pero eso no me bloqueaba, no me ponía nerviosa, el río llegaba a un lago, tranquilo, reposado, y en sus orillas nosotros descansábamos cansadamente, sin apuros, sin ganas de levantarnos, ya habíamos llegado al lugar ideal.miércoles, 21 de abril de 2010
Estabilidad.
Estabilidad, equilibrio, tranquilidad, perfección imperfecta, brisa... todo volvía su lugar, me volvía a gustar verme en el espejo, mi reflejo no me desagradaba, mis defectos no me hacían sentir culpable, porque a ti te gustaban como a mi los tuyos, porque no tenia que esconder nada para que te gustase mi disfraz, porque nos conocíamos, porque nos examinabamos centímetro a centímetro, pero eso no me bloqueaba, no me ponía nerviosa, el río llegaba a un lago, tranquilo, reposado, y en sus orillas nosotros descansábamos cansadamente, sin apuros, sin ganas de levantarnos, ya habíamos llegado al lugar ideal.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
I don't hate comments